Los primeros auxilios en una empresa

Melina La Torre
viernes, 30 de mayo de 2025

Cuando mi esposo falleció, fue una verdadera revolución en la empresa que él trabajaba. La conmoción era palpable, y muchos de sus compañeros no entendían lo que acababa de suceder. El duelo era colectivo, pero la incertidumbre también lo era. Los mensajes de apoyo no solo llegaban de quienes trabajaron directamente con él, sino de todos los rincones de la organización. Sin embargo, la sensación de caos no solo vino de la parte emocional, sino también de la parte práctica: los papeles, los seguros, las leyes… fue un mar de trámites y momentos de tensión.
En medio de todo esto, lo que más me impactó fue el miedo que se reflejaba en los ojos de algunos compañeros de trabajo. Miedo a lo incierto, a lo que vendría después. Algunos temían por sus puestos de trabajo, por el futuro de la empresa, y otros simplemente no sabían cómo enfrentarse a la ausencia de un líder tan cercano. Pero, al mismo tiempo, pude valorar los gestos de aquellos que se acercaron con valentía para compartir anécdotas, recuerdos y pequeñas historias que mostraban lo mucho que Matías había significado para ellos.
Hace algunos meses, acompañé a una empresa que perdió dos operarios en plena jornada laboral. Esta organización tuvo la capacidad de actuar no solo en el ámbito legal y administrativo, sino también atendiendo el bienestar emocional de los empleados más cercanos a los fallecidos.
La empresa vivió uno de los momentos más críticos, que fue el acto de informar a las familias, el deceso. El dolor, la ira y la desesperación de los familiares era evidente, pero aun así la empresa tenía el deber brindarles el apoyo necesario. He aquí la importancia que quiero resaltar hoy, que las empresas, los colegios, las organizaciones tengan un manual de primeros auxilios ante la adversidad.
La muerte de un compañero de trabajo no es algo que se pueda anticipar, pero lo que sí podemos hacer es crear una cultura organizacional que priorice el bienestar emocional de todos los miembros de la empresa. Desde protocolos claros hasta un ambiente de apoyo constante, las organizaciones deben entender que el cuidado de su gente no solo se limita a la seguridad física, sino también a la salud emocional.
Las empresas que no se preparan para enfrentar situaciones de crisis emocional están poniendo en riesgo no solo su operación, sino el bienestar de su equipo. Los primeros auxilios no deben ser solo para situaciones físicas; debemos contar con herramientas que nos ayuden a gestionar el dolor, la incertidumbre y la tristeza.
La verdadera fuerza de una empresa no se mide solo por sus logros financieros, sino por la capacidad de cuidar a las personas que la conforman en los momentos más críticos
Los primeros auxilios en una empresa

Melina La Torre
30 may 2025

Cuando mi esposo falleció, fue una verdadera revolución en la empresa que él trabajaba. La conmoción era palpable, y muchos de sus compañeros no entendían lo que acababa de suceder. El duelo era colectivo, pero la incertidumbre también lo era. Los mensajes de apoyo no solo llegaban de quienes trabajaron directamente con él, sino de todos los rincones de la organización. Sin embargo, la sensación de caos no solo vino de la parte emocional, sino también de la parte práctica: los papeles, los seguros, las leyes… fue un mar de trámites y momentos de tensión.
En medio de todo esto, lo que más me impactó fue el miedo que se reflejaba en los ojos de algunos compañeros de trabajo. Miedo a lo incierto, a lo que vendría después. Algunos temían por sus puestos de trabajo, por el futuro de la empresa, y otros simplemente no sabían cómo enfrentarse a la ausencia de un líder tan cercano. Pero, al mismo tiempo, pude valorar los gestos de aquellos que se acercaron con valentía para compartir anécdotas, recuerdos y pequeñas historias que mostraban lo mucho que Matías había significado para ellos.
Hace algunos meses, acompañé a una empresa que perdió dos operarios en plena jornada laboral. Esta organización tuvo la capacidad de actuar no solo en el ámbito legal y administrativo, sino también atendiendo el bienestar emocional de los empleados más cercanos a los fallecidos.
La empresa vivió uno de los momentos más críticos, que fue el acto de informar a las familias, el deceso. El dolor, la ira y la desesperación de los familiares era evidente, pero aun así la empresa tenía el deber brindarles el apoyo necesario. He aquí la importancia que quiero resaltar hoy, que las empresas, los colegios, las organizaciones tengan un manual de primeros auxilios ante la adversidad.
La muerte de un compañero de trabajo no es algo que se pueda anticipar, pero lo que sí podemos hacer es crear una cultura organizacional que priorice el bienestar emocional de todos los miembros de la empresa. Desde protocolos claros hasta un ambiente de apoyo constante, las organizaciones deben entender que el cuidado de su gente no solo se limita a la seguridad física, sino también a la salud emocional.
Las empresas que no se preparan para enfrentar situaciones de crisis emocional están poniendo en riesgo no solo su operación, sino el bienestar de su equipo. Los primeros auxilios no deben ser solo para situaciones físicas; debemos contar con herramientas que nos ayuden a gestionar el dolor, la incertidumbre y la tristeza.
La verdadera fuerza de una empresa no se mide solo por sus logros financieros, sino por la capacidad de cuidar a las personas que la conforman en los momentos más críticos
Los primeros auxilios en una empresa

Melina La Torre
viernes, 30 de mayo de 2025

Cuando mi esposo falleció, fue una verdadera revolución en la empresa que él trabajaba. La conmoción era palpable, y muchos de sus compañeros no entendían lo que acababa de suceder. El duelo era colectivo, pero la incertidumbre también lo era. Los mensajes de apoyo no solo llegaban de quienes trabajaron directamente con él, sino de todos los rincones de la organización. Sin embargo, la sensación de caos no solo vino de la parte emocional, sino también de la parte práctica: los papeles, los seguros, las leyes… fue un mar de trámites y momentos de tensión.
En medio de todo esto, lo que más me impactó fue el miedo que se reflejaba en los ojos de algunos compañeros de trabajo. Miedo a lo incierto, a lo que vendría después. Algunos temían por sus puestos de trabajo, por el futuro de la empresa, y otros simplemente no sabían cómo enfrentarse a la ausencia de un líder tan cercano. Pero, al mismo tiempo, pude valorar los gestos de aquellos que se acercaron con valentía para compartir anécdotas, recuerdos y pequeñas historias que mostraban lo mucho que Matías había significado para ellos.
Hace algunos meses, acompañé a una empresa que perdió dos operarios en plena jornada laboral. Esta organización tuvo la capacidad de actuar no solo en el ámbito legal y administrativo, sino también atendiendo el bienestar emocional de los empleados más cercanos a los fallecidos.
La empresa vivió uno de los momentos más críticos, que fue el acto de informar a las familias, el deceso. El dolor, la ira y la desesperación de los familiares era evidente, pero aun así la empresa tenía el deber brindarles el apoyo necesario. He aquí la importancia que quiero resaltar hoy, que las empresas, los colegios, las organizaciones tengan un manual de primeros auxilios ante la adversidad.
La muerte de un compañero de trabajo no es algo que se pueda anticipar, pero lo que sí podemos hacer es crear una cultura organizacional que priorice el bienestar emocional de todos los miembros de la empresa. Desde protocolos claros hasta un ambiente de apoyo constante, las organizaciones deben entender que el cuidado de su gente no solo se limita a la seguridad física, sino también a la salud emocional.
Las empresas que no se preparan para enfrentar situaciones de crisis emocional están poniendo en riesgo no solo su operación, sino el bienestar de su equipo. Los primeros auxilios no deben ser solo para situaciones físicas; debemos contar con herramientas que nos ayuden a gestionar el dolor, la incertidumbre y la tristeza.
La verdadera fuerza de una empresa no se mide solo por sus logros financieros, sino por la capacidad de cuidar a las personas que la conforman en los momentos más críticos